lunes, 15 de diciembre de 2014

Del BIM al hecho hay un trecho

Como suele ocurrir en nuestro mundo laboral, cada cierto tiempo aparece una nueva ley, un nuevo sistema constructivo o una nueva herramienta  que nos obliga a renovar  la formación, ampliar conocimientos y mejorar nuestras aptitudes para poder ofrecer un servicio de calidad; en definitiva, nos obliga a ejercer la profesión y a ser profesionales (que desgraciadamente no siempre va íntimamente ligado)

Aunque hace ya un tiempo que  aquello que se conoce como BIM existe, es ahora cuando parece que se ha convertido en una realidad, empezando a ser demandado cada vez más en la formación de los técnicos y que en vistas de un futuro no muy lejano, será la herramienta básica para nosotros.
Sin embargo y desde el punto de vista de mi pequeña experiencia profesional me asalta una gran duda. ¿Es realmente compatible el planteamiento o sistema de trabajo BIM con la manera o forma de trabajar en obra en España?.

Está claro que cada vez se va mejorando el sistema de trabajo en la construcción, principalmente en el ámbito de control y organización de la obra, pero llegado el momento de la verdad creo que debemos pararnos a pensar y razonar hasta qué punto es factible o mejor dicho, hasta qué punto se le puede sacar el mayor rendimiento a las herramientas BIM  sin modificar la metodología de trabajo que existe en la actualidad; desde el nivel de inicio y redacción de proyectos hasta la propia ejecución.

Si bien es cierto que para grandes construcciones (ya sean complejos residenciales, grandes oficinas, etc.) el nivel de planeamiento y organización son muy elevados, también se ha de decir que en muchas ocasiones cuando nos enfrentamos a obras de un nivel intermedio o menor, toda esa previsión y estructuración de los trabajos se va reduciendo. Y es a este punto donde quería llegar. Repito que lo que aquí expongo es desde mi reducida experiencia laboral y de las situaciones que me he ido encontrando en diferentes fases de un proyecto, ya sea durante su redacción como durante la ejecución del mismo. Por lo tanto (y aquí viene el punto que más interesante me parece), sería genial que comentarais y dierais vuestra opinión o experiencias para poder "mapear" el estado general de la profesión en la actualidad  y comprobar si lo que yo he visto es una excepción o es la realidad.
Personalmente soy partidario de estos sistemas de trabajo y control, de hecho siempre he defendido que parte del éxito y calidad de un proyecto radica directamente de plantear y realizar un proyecto detallado que contemple en la medida de lo posible toda la información y prescripciones que deben llevarse a cabo  durante su ejecución, pero cuando uno abre las puertas de la universidad y sale a la calle  se topa con la realidad. Y la realidad con la que yo me he ido encontrando es la premura de los plazos de entrega, la falta de previsión y la confianza plena en la resolución de problemas a pié de obra. 

Proyectos que no definen bien los acabados, modificaciones de los mismos que no siempre quedan plasmadas en un plano, falta de detalles constructivos o lo que no sé si es peor, copia y pega de soluciones tipo, escaleras mal resueltas o sin definir y un largo etc. son solo algunos de los ejemplos que se me ocurren citar. 


Por suerte nuestra formación y capacidad nos permiten ir adaptándonos y solucionar estos problemas (de ahí nuestra validez y la importancia de la presencia en obra), pero  si esta metodología de  "saca pronto el proyecto que luego ya iremos viendo y solucionando los fallos" es una constante me asalta la duda de la efectividad que puede tener el empleo de herramientas BIM.

Es cierto que la existencia de esta herramienta puede ser el punto de inflexión para que comience a cambiar esta metodología de trabajo desde la fase a nivel de proyecto (que es desde mi opinión, donde debe iniciarse este cambio de mentalidad), pero creo que aún se está muy lejos de que el uso de estas herramientas sea completamente efectivo, ya que si como jefe de obra o director de ejecución, el proyecto está incompleto, por mucho seguimiento que se pretenda realizar de la obra y mucho BIM que se pretenda emplear, realmente no se le estará sacando la utilidad del mismo.

Entiendo que al leerme parezca que no esté muy conforme y convencido de esta nueva herramienta de trabajo, cuando en realidad es todo lo contrario; pero creo que hace falta cambiar bastantes cosas antes de que su empleo se convierta en una realidad factible y permita mejorar nuestro trabajo. Y los cambios a los que me refiero creo que deberían comenzar directamente desde la propia formación de las universidades (que no siempre va al ritmo y actualización que debería) y de parte de nosotros los técnicos, ya seamos arquitectos técnicos, arquitectos, etc. ya que en cierta medida somos los que nos encargamos de proyectar, definir, plantear y controlar cada proyecto.


No se puede obviar la realidad de la construcción  y es que no dependemos de nosotros solos, la figura del promotor, las constructoras y un largo etcétera, influyen (desde mi punto de vista demasiado y por desgracia) en el desarrollo de nuestras actividades, lo que hace  difícil que esta "revolución" se pueda llevar a cabo de manera dinámica y fluida.

Realmente espero que os animéis a compartir vuestras impresiones sobre el asunto  y aportar tanto opiniones  y vivencias personales como sugerencias, ya que entre todos podemos aportar un pequeño granito de arena para cambiar la dinámica y como siempre digo, aprender entre todos que nunca viene mal.  Así que os leo en los comentario que serán más que bien recibidos.


Un saludo y gracias compañer@s!
 



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