miércoles, 3 de diciembre de 2014

La complejidad de los movimientos de asiento en construcción



 Una visión general sobre las posibles causas


Empecemos por el principio, ¿qué es un asiento?. Se pueden encontrar numerosas definiciones de asiento en lo que se refiere al comportamiento del terreno/cimentación; y pongo terreno/cimentación porque el asiento en sí puede producirse en ambos elementos, no exclusivamente en uno de ellos. 

Aunque siempre que surge la palabra asiento, se suele relacionar con unas consecuencias o efectos negativos,  no debemos olvidar que un asiento no tiene porqué implicar un daño o lesión; de hecho el fenómeno de asiento es más que conocido, contemplado, controlado y aceptado en construcción.

En mi opinión, actualmente se ha caído en una tendencia de achacar cualquier movimiento estructural relativo a las cimentaciones  a los asientos de las mismas.  Y cuando surgen problemas de asientos, aparece ligada la palabra micropilote, panacea mundial; y bien, ¿es esto así de fácil?, no lo creo. El comportamiento estructural de un edificio es  lo suficientemente complejo como para considerar que cualquier problema de "asiento" se deba a la cimentación y que cualquier problema de asiento se reduzca a la ejecución de micropilotes.

Muchas veces, cuando nos planteamos el estudio de una construcción que está sufriendo movimientos vivos o los ha sufrido y que éstos parecen  directamente relacionados con la base de la misma, centramos toda la atención-culpa a la propia cimentación  olvidándonos del terreno.  Es cierto que conocer  de forma amplia el terreno sobre el que se asienta una construcción  no es fácil, pero también lo es que no siempre se hace o estudia todo lo posible para conocerlo mejor.

Sobre este tema he llegado a oír de todo, desde  que los asientos son algo normal y que tienen fácil solución, hasta que los asientos son casi inexistentes y la mayoría de actuaciones en cimentación que se hacen son innecesarias. Como todo en esta vida ni lo uno, ni lo otro. 

Los problemas de, llamémoslo movimientos de asiento, pueden ser fruto de cuatro causas principales, aunque cada una de ella tendrá otra serie de causas específicas. La primera es el estado de la cimentación, la segunda el estado del terreno, la tercera es la combinación de las dos anteriores y la cuarta la relaciono con elementos o causas ajenas tanto del terreno como del propio edificio.

Si centramos el objetivo en la cimentación, las causas originarias del movimiento de asiento  pueden deberse a defectos de cálculo o constructivos, tal vez se haya calculado de forma errónea la sección de la zapata, falten armaduras, el hormigón elegido no sea el correcto y un largo etcétera. En este caso el terreno permanece inalterado, no está sufriendo variaciones o modificaciones que afecten a la cimentación, sin embargo esta sufre  un movimiento y por consiguiente se refleja en la aparición de lesiones tanto en el resto de elementos estructurales como de fábrica. (tabiquerías, falsos techos, etc.).
Si bien, con una cimentación calculada correctamente también puede aparecer el fenómeno del movimiento de asiento. En este punto me parece oportuno recalcar que el terreno no es un medio homogéneo y que en muchos casos cuando se construye sobre él, se conoce realmente un porcentaje muy bajo del mismo. Es cierto que el terreno no es un medio que por sí solo (sin agentes  externos) sufra grandes variaciones, pero su formación y composición aportan una información muy valiosa que se ha de analizar con cuidado para valorar posibles estados críticos  o de inestabilidad, como pueda ser el caso de tener un estrato rocoso de poco espesor y que inferiormente se encuentre  otro estrato más irregular o alterable como arenas o arcillas. Además la existencia de terrenos agresivos o expansivos también pueden suponer un riesgo para la cimentación, ya sea dañándola mediante ataques directos (físicos o químicos)o provocando que la estructura se vea obligada a realizar movimientos que no han sido contemplados durante su diseño.

Junto con estos problemas más conocidos que puede presentar el propio terreno, aparecen otros comportamientos propios del mismo pero que son más difíciles de controlar y prevenir; un ejemplo claro de ello es el fenómeno denominado subsidencia del terreno.  La definición de subsidencia puede ser relativamente "complicada" pero a muy grandes rasgos  podríamos entenderla como un hundimiento del terreno. Al ver la palabra hundimiento en nuestra mente puede aparecer la  imagen de un  socavón, sin embargo más que un hundimiento como tal, hemos de entender la subsidencia como un descenso  del terreno. Este descenso puede afectar a una zona reducida o una extensión tan amplia como el de una ciudad (véase los casos de las ciudades de Murcia y Orihuela, las cuales se encuentran afectadas por  dicho fenómeno)
Las causas que lo originan pueden ser diversas y no se va a entrar en ellas en este texto, pero su existencia plantea una posible duda, ya que, aunque desde mi punto de vista haya considerado la subsidencia como un problema del terreno; tal vez la necesidad de que aparezcan ciertos factores poco controlables por el ser humano para que esta se produzca, puede ser un posible razonamiento para incluir la subsidencia como un agente externo.

En el caso de la interacción entre el propio terreno y los cimientos de la construcción pueden aparecer incompatibilidades  que generen  como resultado el movimiento de asiento y las lesiones posteriores. En este caso se hace complicado dar un ejemplo claro, ya que estas incompatibilidades son fruto de varios focos los cuales se centran a su vez tanto en la cimentación como en el estado del terreno. En cimentaciones más tradicionales o mejor dicho convencionales, las posibilidades de que se produzca esta incompatibilidad son tal vez mínimas; sin embargo, en cimentaciones de profundidad como el caso de muros pantalla o pilotes, el porcentaje sea mayor debido a que el conocimiento del terreno en las cotas más profunda es mucho menor y el control de la correcta ejecución de los elementos estructurales se hace más complejo. Si combinamos un terreno poco estable con una mala elección de una solución constructiva (pilotes sin encamisado o no emplear lodos bentoníticos a la hora de realizar el muro pantalla) puede conllevar que el hormigonado o armado de estos elementos sufra importantes defectos y/o variaciones los cuales conlleven a la aparición de lesiones

Los agentes externos suelen ser  en muchos casos el origen de que se produzca el movimiento de asiento.  Cuando tenemos un comportamiento perfecto entre el terreno y la cimentación, pueden aparecer  ciertos elementos que alteren alguno de estos factores o a ambos. Las fugas de canalizaciones de agua (potable o residuales) suelen provocar  o la alteración directa del suelo (terrenos kársticos, arcillas expansivas, etc.) o la de la cimentación, afectando al hormigón o zapatas de mampuesto en construcciones históricas, o a las armaduras embebidas (procesos de oxidación/corrosión). 

Otras veces estas fugas de agua pueden provocar  "lavados del terreno", al igual que sucede cuando en el subsuelo existen ríos subterráneos  o acuíferos. La acción del agua produce desde el arrastre de material en capas inferiores, (lo que provoca la aparición de túneles o vaciados en el terreno) hasta la mezcla o disolución del mismo. Esto último puede aparecer cuando el terreno lo conforman estratos de arenas, arcillas y gravas. La disolución de las partículas más finas en el propio elemento acuoso  provoca una reordenación de los materiales existentes en el terreno, lo cual  puede derivar en deformaciones del mismo debidos al cambio de volumen que  presenta durante esta transformación.

La existencia de obras colindantes a la construcción afectada suele ser otra de las causas que pueden provocar un movimiento de asiento. Durante fases de excavación o movimientos de tierras, se pueden dejar cimentaciones descalzadas, o el terreno próximo a estas desprotegido frente a las acciones climatológicas las cuales pueden conducir a un posterior movimiento de tierra . En ocasiones más puntuales, durante la ejecución de la cimentación de la construcción colindante se pueden producir ciertas "agresiones" a la cimentación de nuestro edificio/construcción objeto de estudio; e incluso una vez terminada la obra, la modificación del bulbo de presiones  en el terreno puede provocar su deformación o agotamiento induciendo a que se generen  los movimientos de asiento.

Por último y por  obvio que pueda parecernos, cuando se produce una catástrofe natural el terreno puede verse afectado por la misma  y derivar esta afección en lesiones. Pequeños terremotos que pueden ser absorbidos  por la estructura de la construcción, pueden sin embargo, alterar el estado del suelo y generar o favorecer que se produzcan daños derivados de estos cambios. Lo mismo sucede en el caso de las inundaciones, las cuales además de arrastrar el terreno pueden modificar puntualmente el nivel freático con los riesgos que esto conlleva.

Soy consciente de que me dejo algunas causas que originen los  movimientos dañinos de asiento y que no están todos definidos y explicados al "dedillo", pero me parecía interesante plantear el problema desde una visión general  para recordar que no todo es tan fácil y que no siempre hemos de llevarnos por la primera intuición a la hora de plantear un problema y definir sus causas, en este caso cuando se producen  asientos.

Como siempre digo, abierto estoy a críticas, apuntes o peticiones para que juntos aprendamos todos un poquito más cada día. Gracias por leerme y hasta la próxima compañer@s.

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