Con la llegada del verano muchos
comienzan a pensar en las tan deseadas vacaciones, pero no todos corren tanta suerte.
Mientras algunos llenan la maleta con el bañador y la toalla, otros se están
calzando sus botas y se preparan para una jornada más de hormigonera, maestras,
plomadas y un largo etcétera.
Es de sobra conocido que trabajar
en la obra es duro, por lo tanto ni que decir tiene que cuando el clima aprieta
todo se complica. Esta pretendo que sea una entrada breve, más bien a modo de
recordatorio y con algunos consejillos para intentar llevar mejor la jornada
laboral durante estos meses.
Como en cualquier otro proceso
que lleva la ejecución de una obra (del tipo que sea) la planificación ES (o
por lo menos debería ser...) uno de los factores más importantes. Dicha
planificación y organización de los trabajos en aquellas localidades en las que
el periodo estival es agresivo debería llevarse a cabo de tal forma que cuando
llegase el verano, las labores a realizar fueran aquellas que no supongan un
esfuerzo o trabajo físico excesivamente elevado. Es decir, es mucho más llevadero estar
levantando un tabique bajo la sombra de un forjado que estar preparando el armado de un forjado
reticular a las 12 de la mañana de un día en pleno julio.
Como no vivimos en un mundo ideal
y el ritmo tanto del mercado como de la ejecución vienen marcados por factores
externos además de la planificación "ideal" del técnico o técnicos,
no siempre se va a poder controlar este tipo de situaciones; pero sí debería
ser una preocupación por parte de todos
para tratar que este tipo de trabajos se redujera la mayor cantidad posible.
Otra de las labores que más
deberían de preocuparnos son las de impermeabilización de cubiertas. Si estar cortando, moviendo y atando barras
de acero con el sol en la espalda no es gratificante, mucho menos lo es estar
esa misma mañana de julio en la azotea de una vivienda y con un soplete en la
mano colocando las láminas impermeabilizantes. De nuevo, el sentido común (algo
que algunas veces parece que se queda detrás de la valla de la obra) y una
mínima organización puede, si no
solventar la problemática, sí minimizar riesgos. Dar orden de ejecutar estos
trabajos a primera hora de la mañana o última de la tarde es una decisión
simple y que seguramente os la agradecerá el trabajador infinitamente.
Entramos con este pequeño ejemplo
en el terreno de la jornada laboral; (si ya es complicado organizar un equipo
de trabajo la que nos espera si pretendemos cambiar los horarios....). Una
buena solución para asegurar que durante las horas de mayor insolación y por
ende calor no se esté trabajando en la obra es modificar los horarios de
entrada y salida de la misma. Es decir; o madrugar un poco más o salir más
tarde. (¿madrugar más?, ¿salir más tarde?. Empieza la pelea...)
Tercer punto y tal vez el más
importante y fácil de llevar a cabo y controlar. HIDRATACIÓN. Lo más sencillo
es que cuando llega el calor, procuremos que empiecen a brotar por la obra las
botellas de AGUA. (Y no creo que
haga falta explicar el porqué remarco la palabra, más de uno ya os lo
imaginareis)
Por norma general esto es algo
que nace de los propios trabajadores, pero no está demás fijarse si en la obra
existe algún dispensador de agua o si les faltan botellas o jarras (o el típico
botijo como decían algunos de mis profesores, eso sí; llenos de AGUA) y
recordarles que se hidraten de vez en cuando.
Imagen extraída de: http://photovillaverde.blogspot.com.es/2012/10/botijo-y-obra-i.html |
El cuarto punto es protegerse de
la insolación y de los efectos de la radiación solar. El uso del casco ya nos
ofrece esa protección (además de otras claro está) pero la aparición de gorras
y sombreros empiezan a proliferar estos meses. Y aquí empieza otra guerra
milenaria de: - Ponte el casco. - No
que sudo mucho, u otra excusa
dependiendo de la inventiva de ese día;
la cual es ya conocida también
por todos y en la que no vamos a entrar en este post. Otro elemento importante
es el uso de cremas de protección solar para evitar quemaduras especialmente en
las zonas más expuestas como los brazos, cara y parte trasera del
cuello/espalda.
Para finalizar me ha parecido
interesante aportar algunos síntomas y métodos de actuación cuando hace acto de presencia el temido golpe de calor. Se trata de una breve
guía/resumen cuyo contenido he extraído de un documento del ministerio al cual
tenéis accedo al link al final de esta entrada.
Síntomas del golpe de calor
Síntomas
Generales:
- Taquicardia.
- Cefalea.
- Náseas/vómitos.
Síntomas Cutáneos:
- Piel seca y caliente.
- Ausencia de sudoración.
Síntomas Neurosensoriales:
- Confusión.
- Pérdida de consciencia.
- Pupilas dilatadas.
Actuación en caso de golpe de calor
- Llevar al trabajador a una zona en sombra y ambiente frío
- Retirarle la ropa y ducha de agua fría ( no menos de 15
ºC)
- Si presenta consciencia suministrarle agua, si se
encuentra inconsciente colocarlo en posición recostada sobre un lateral del cuerpo,
con la cabeza ligeramente ladeada, el brazo inferior atrás, extendido, el
superior flexionado hacia adelante y arriba y las piernas flexionadas, más la
superior que la inferior y llamar a los servicios de emergencia
Aquí os dejo el link al documento editado por el Ministerio de Empleo
y el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo en el cual se
recoge parte de la información que aparece en esta entrada y alguna más de
utilidad.
Como siempre digo, si tienes alguna idea o consejo que aportar estaré encantado de leerte en los comentarios. Un saludo, gracias por leerme y ¡feliz verano!.
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